Cochabamba atraviesa un momento decisivo de cara a las próximas elecciones subnacionales. Diversos sectores ciudadanos expresan su profunda preocupación ante la proliferación de candidatos a la Alcaldía Municipal que carecen de experiencia en administración pública o gestión municipal, pero que buscan desesperadamente copar espacios de poder.

Según el abogado constitucionalista Dulfredo Flores, varios de los aspirantes arrastran antecedentes negativos que no pueden ser ignorados por la población.

Entre ellos figuran personas vinculadas a hechos de corrupción como el caso Mochilas, el puente caído, irregularidades en el manejo de la intendencia municipal, además de actores políticos que han hecho de la política un medio de subsistencia personal y no un servicio público.

“Cochabamba no puede volver a ser administrada por improvisados ni por quienes ya le hicieron daño a la ciudad. Existen candidatos que fueron parte directa o indirecta de procesos que contribuyeron a la destrucción urbana, al caos institucional y al retroceso en el desarrollo”, sostuvo Flores.

La ciudadanía demanda con claridad un alcalde que trabaje por el desarrollo integral y sostenible, que tenga visión de futuro, capacidad técnica, transparencia y compromiso real con los intereses colectivos. Cochabamba necesita autoridades que planifiquen el crecimiento urbano, protejan el medio ambiente, impulsen la economía local y mejoren la calidad de vida de sus habitantes, no politiqueros que solo busquen cuotas de poder y beneficios personales.

En este contexto, la población cochabambina llama a una reflexión profunda y responsable. El futuro de la ciudad no puede quedar en manos de quienes representan el pasado de la corrupción, la improvisación y el estancamiento.

Cochabamba debe caminar por la senda del progreso, con liderazgo honesto, gestión eficiente y una visión clara de desarrollo sostenible que garantice bienestar para las actuales y futuras generaciones.