Cochabamba, Bolivia.– Un nuevo escándalo sacude el escenario político nacional. Fuentes consideradas confiables dentro del ámbito político aseguran que el expresidente Evo Morales habría adquirido la sigla del partido MORENA, originalmente vinculada a la alcaldesa de El Alto, Eva Copa, en una presunta transacción económica que alcanzaría los 5 millones de dólares.

Según estas versiones, la compra de la sigla respondería a la urgencia de habilitar candidaturas subnacionales ante la falta de reconocimiento legal de la agrupación “Evo Pueblo”, que no contaría con personería jurídica para participar formalmente en los comicios regionales.

En los últimos días, se observa un acelerado proceso de proclamación de candidatos a alcaldías y gobernaciones, lo que refuerza las sospechas sobre acuerdos políticos y comerciales realizados de manera apresurada y poco transparente, en un contexto donde la normativa electoral exige claridad sobre la titularidad y legalidad de las organizaciones políticas.

A este panorama se suma la versión de que Evo Morales mantendría estrechos vínculos con el partido NGP, liderado por Edgar Uriona, organización que habría acogido como candidato a la Gobernación de Cochabamba al abogado penalista Rioja, señalado por fuentes políticas como un operador de confianza del exmandatario y con presuntos nexos internacionales.

De confirmarse estas denuncias, se evidenciaría una grave mercantilización de la política, donde las siglas partidarias dejan de representar proyectos ideológicos o demandas sociales para convertirse en objetos de transacción económica, debilitando la institucionalidad democrática y la confianza ciudadana.

Diversos sectores exigen al Órgano Electoral Plurinacional y al Ministerio Público investigar de oficio estas denuncias, transparentar el origen de los recursos económicos y determinar si se vulneraron las leyes electorales y financieras vigentes.

Mientras tanto, la ciudadanía observa con preocupación cómo, una vez más, el poder político parece imponerse al respeto por la ley, profundizando el descrédito del sistema democrático boliviano.