Jueves, 06 Noviembre 2025
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“K’ara K’ara, el basural político contra Manfred Reyes Villa”

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El conflicto de la basura se convirtió en un arma de chantaje y manipulación para atacar al alcalde de Cochabamba. Dirigentes que antes se beneficiaban del caos hoy se oponen a la industrialización que pondría fin a su negocio.

El conflicto en torno al manejo de la basura en K’ara K’ara ya no es un simple tema ambiental. Se transformó en un foco político diseñado para desgastar la gestión del alcalde Manfred Reyes Villa y frenar el proceso de industrialización de los residuos que impulsa el municipio.

Durante años, el botadero fue el epicentro de la corrupción y el chantaje, donde dirigentes exigían dinero y obras a cambio de permitir el ingreso de los camiones con basura. Millones de bolivianos se destinaron en gestiones pasadas a acuerdos que nunca resolvieron el problema de fondo.

Desde su retorno a la Alcaldía, Manfred Reyes Villa decidió poner fin a las negociaciones oscuras con grupos que vivían del conflicto. Su postura firme de no entregar un solo boliviano bajo presión generó la furia de quienes se beneficiaban de ese circuito de extorsión.

“K’ara K’ara se convirtió en el símbolo del chantaje. Nadie quiere la basura, pero muchos la usan para hacer política”, afirman fuentes cercanas al municipio.

NEGOCIO, BLOQUEOS Y PODER: LA BASURA COMO MONEDA POLÍTICA

En Cochabamba, la basura fue un negocio redondo para algunos dirigentes, que encontraron en los bloqueos una forma de obtener dinero o influencias.

“Me das algo o bloqueamos”, se volvió la consigna que, por años, condicionó a diferentes administraciones municipales.

Hoy, sin esos recursos ni beneficios, los mismos actores recurren nuevamente a la presión y la desinformación para obstaculizar el proyecto de industrialización de residuos, que busca convertir la basura en energía y fuentes de empleo sostenible.

La resistencia al nuevo modelo de gestión de basura no tiene fundamentos técnicos, sino claras motivaciones políticas. Los intentos de manipular a los vecinos, generar caos y atacar al alcalde Reyes Villa revelan que K’ara K’ara sigue siendo una trinchera para el oportunismo.

Mientras tanto, el municipio apuesta por una Cochabamba moderna y limpia, dejando atrás el pasado de chantajes y extorsiones. “El pueblo ya no quiere más bloqueos, quiere soluciones. Y la industrialización es la respuesta”, sostienen desde la comuna.

El conflicto por la basura refleja una lucha mayor: el enfrentamiento entre el cambio y el pasado. Manfred Reyes Villa representa la decisión de cerrar el ciclo del chantaje, mientras ciertos dirigentes insisten en mantener vivo un negocio que por años lucró con la necesidad del pueblo.

K’ara K’ara ya no es un tema ambiental. Es el último reducto de una vieja política que usa la basura para ensuciar la gestión municipal y destruir la imagen de un alcalde que decidió no someterse al chantaje.

El conflicto de la basura se convirtió en un arma de chantaje y manipulación para atacar al alcalde de Cochabamba. Dirigentes que antes se beneficiaban del caos hoy se oponen a la industrialización que pondría fin a su negocio.

El conflicto en torno al manejo de la basura en K’ara K’ara ya no es un simple tema ambiental. Se transformó en un foco político diseñado para desgastar la gestión del alcalde Manfred Reyes Villa y frenar el proceso de industrialización de los residuos que impulsa el municipio.

Durante años, el botadero fue el epicentro de la corrupción y el chantaje, donde dirigentes exigían dinero y obras a cambio de permitir el ingreso de los camiones con basura. Millones de bolivianos se destinaron en gestiones pasadas a acuerdos que nunca resolvieron el problema de fondo.

Desde su retorno a la Alcaldía, Manfred Reyes Villa decidió poner fin a las negociaciones oscuras con grupos que vivían del conflicto. Su postura firme de no entregar un solo boliviano bajo presión generó la furia de quienes se beneficiaban de ese circuito de extorsión.

“K’ara K’ara se convirtió en el símbolo del chantaje. Nadie quiere la basura, pero muchos la usan para hacer política”, afirman fuentes cercanas al municipio.

NEGOCIO, BLOQUEOS Y PODER: LA BASURA COMO MONEDA POLÍTICA

En Cochabamba, la basura fue un negocio redondo para algunos dirigentes, que encontraron en los bloqueos una forma de obtener dinero o influencias.

“Me das algo o bloqueamos”, se volvió la consigna que, por años, condicionó a diferentes administraciones municipales.

Hoy, sin esos recursos ni beneficios, los mismos actores recurren nuevamente a la presión y la desinformación para obstaculizar el proyecto de industrialización de residuos, que busca convertir la basura en energía y fuentes de empleo sostenible.

La resistencia al nuevo modelo de gestión de basura no tiene fundamentos técnicos, sino claras motivaciones políticas. Los intentos de manipular a los vecinos, generar caos y atacar al alcalde Reyes Villa revelan que K’ara K’ara sigue siendo una trinchera para el oportunismo.

Mientras tanto, el municipio apuesta por una Cochabamba moderna y limpia, dejando atrás el pasado de chantajes y extorsiones. “El pueblo ya no quiere más bloqueos, quiere soluciones. Y la industrialización es la respuesta”, sostienen desde la comuna.

El conflicto por la basura refleja una lucha mayor: el enfrentamiento entre el cambio y el pasado. Manfred Reyes Villa representa la decisión de cerrar el ciclo del chantaje, mientras ciertos dirigentes insisten en mantener vivo un negocio que por años lucró con la necesidad del pueblo.

K’ara K’ara ya no es un tema ambiental. Es el último reducto de una vieja política que usa la basura para ensuciar la gestión municipal y destruir la imagen de un alcalde que decidió no someterse al chantaje.

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