Los devotos de la Virgen de Urkupiña cuentan innumerables historias de sus milagros. Se dice que ha concedido la salud a los enfermos, ha ayudado a encontrar trabajo a los desempleados, ha protegido a los viajeros y ha guiado a los perdidos.
La fe en los milagros de la Virgen de Urkupiña es una parte fundamental de su veneración. Los devotos creen que la Virgen está siempre presente, escuchando sus oraciones y concediendo sus peticiones.
La Virgen de Urkupiña es mucho más que una figura religiosa. Es un símbolo de la identidad boliviana, un punto de encuentro para las diferentes culturas y tradiciones del país. Su festividad es una celebración de la fe, la esperanza y la unión, y es una muestra de la riqueza cultural de Bolivia.
La Virgen de Urkupiña es un ejemplo de cómo la religión puede ser un factor de cohesión social, un puente entre diferentes culturas y un motor de la expresión artística y cultural.
La Virgen de Urkupiña es venerada como una fuente de protección y milagros. Se le atribuyen numerosos favores, desde la curación de enfermedades hasta la ayuda en momentos de dificultad.
Uno de los elementos más característicos de la festividad es la picada de piedras. Esta tradición consiste en que los devotos, con un martillo, golpean una roca que se encuentra en el cauce del río Rocha.
Se cree que este acto representa el esfuerzo que se debe realizar durante el año para honrar a la Virgen. Los devotos llevan a casa un trozo de la piedra como símbolo de la promesa de volver al año siguiente.
La picada de piedras es una expresión de fe y devoción, pero también es un símbolo de la unión y la solidaridad entre los bolivianos. Durante la festividad, personas de todas las clases sociales y de todas las regiones del país se reúnen para celebrar a la Virgen y compartir su alegría.
La Virgen de Urkupiña es una figura religiosa venerada por millones de personas en Bolivia y en la diáspora boliviana alrededor del entorno.
Su festividad, celebrada cada 15 de agosto, es una explosión de color, música, danza y fe que conmemora la aparición de la Virgen y su protección sobre el pueblo.
La historia de la Virgen de Urkupiña se remonta al siglo XVII, en la región de Quillacollo, Bolivia. Se cuenta que una pastora llamada María Micaela, mientras cuidaba sus ovejas en un cerro llamado urkupiña, tuvo una visión de la Virgen María.
La Virgen se le apareció radiante, vestida con una túnica azul y una corona dorada, y le habló en quechua, la lengua indígena de la región.
La Virgen le encomendó a María Micaela que construyera una capilla en su honor en ese mismo lugar.
La pastora, conmovida por la visión, obedeció la orden y construyó una pequeña capilla en el cerro. La noticia de la aparición de la Virgen se propagó rápidamente, y pronto la capilla se convirtió en un lugar de peregrinación para los habitantes de la zona.
Con el tiempo, la devoción a la Virgen de Urkupiña se extendió por toda Bolivia y más allá. Su imagen, representada con un niño en brazos y vestida con ropas tradicionales andinas, se convirtió en un símbolo de esperanza, protección y fe para millones de personas.
La fiesta de la Virgen de Urkupiña es una celebración vibrante y llena de significado. Comienzo el 14 de agosto y culmina el 16, con un programa de actividades que incluye misas, procesiones, danzas, música y una gran feria.