La nueva terminal de buses de Quillacollo se ha convertido en un “elefante blanco”. Esta obra tiene una costo de 19 millones de bolivianos y la alcaldía debería gastar 5 millones. “Esta obra es un engaño para los quillacolleños” afirman representantes del Colegio de Arquitectos.
La nueva terminal de buses de Quillacollo, está ubicado en el Distrito 3. El alcalde suplente Héctor Montaño el año pasado anunció la apertura en las primeras semanas de enero del 2021, pero hasta la fecha no hay nada.
La infraestructura se ha convertido en un basurero y nido de ratas, reclaman los arquitectos.
La obra fue construida con recursos del Gobierno, a través de la Unidad de Proyectos del Estado (UPRE), con una inversión superior a los 19 millones de bolivianos, de los cuales cinco millones son contraparte edil.
La alcaldía municipal supuestamente trabaja en la elaboración de los perfiles para iniciar los trabajos complementarios que se requieren en la terminal y los alrededores que consisten en asfaltado y puentes y resolver los problemas de la instalación de luz y el alcantarillado.
El tráfico vehicular en Quillacollo es desastre. Los arquitectos recomiendan que el transporte pesado circule por rutas alternativas para descongestionar el tráfico vehicular.
Por otra parte, lamentan que prolifera la construcción de viviendas en la zona puesto que los terrenos son de propiedad municipal por ser áreas de equipamiento. (Eloy Flores Humerez)