La política boliviana sigue marcada por la presencia de figuras tradicionales, mientras nuevos líderes enfrentan barreras para emerger, según analista políticos.
La falta de renovación en la política boliviana plantea un desafío para el futuro del país. Mientras no se generen condiciones para que nuevos líderes surjan y se consoliden, el país seguirá marcado por la presencia de los mismos actores y los mismos conflictos de siempre.
La renovación política en Bolivia sigue siendo una asignatura pendiente. A pesar de los cambios en el escenario político en las últimas décadas, los mismos actores continúan dominando la escena pública. Figuras como Evo Morales, Carlos Mesa, Tuto Quiroga, Luis Arce Catacora, Samuel Doria Medina siguen ocupando un lugar central en el debate político, mientras que la aparición de nuevos líderes con visión emprendedora y de recambio es limitada.
Expertos señalan que las estructuras partidarias cerradas, el clientelismo y la falta de formación política han dificultado la emergencia de nuevas figuras.
“Los partidos en Bolivia siguen siendo altamente personalistas y no promueven el relevo generacional. El poder se concentra en pocas manos, lo que impide la aparición de nuevas voces con propuestas frescas”, señala un analista político.
Además, el desinterés de la juventud por la política ha contribuido a esta situación. Muchos jóvenes optan por el emprendimiento o la migración, alejándose de un ámbito que perciben como corrupto e ineficiente.