La Paz, Bolivia – 299/05/2025.- Una grave denuncia ha comenzado a circular en redes sociales, cuestionando la transparencia y legitimidad del empresario y político boliviano Samuel Doria Medina, quien habría iniciado una estrategia sistemática para manipular la percepción ciudadana de cara a las elecciones nacionales.
Según diversos videos y publicaciones difundidos por usuarios en plataformas digitales, Doria Medina estaría comprando encuestas y pagando a empresas encuestadoras para posicionarse como un candidato “visible” y supuestamente ganador, pese a que en muchas regiones del país su figura política sigue siendo desconocida o rechazada.
Asimismo, la denuncia señala que el líder de Unidad Nacional estaría financiando espacios en medios de comunicación nacionales para consolidar una narrativa favorable que lo presente como una opción electoral seria, a pesar de su bajo arraigo popular.
Estas acciones, de confirmarse, atentarían contra el principio de igualdad democrática y la ética electoral, generando un escenario distorsionado para el votante.
Las críticas no terminan ahí. Samuel Doria Medina también es acusado de haberse beneficiado indebidamente durante el proceso de privatización de empresas estatales en los años 90, y actualmente enfrenta un proceso legal por una millonaria deuda superior a los 700 millones de dólares con la empresa cementera FANCESA.
A pesar del tiempo transcurrido, hasta la fecha no se ha concretado el pago total de esta obligación, lo que ha despertado sospechas sobre presuntos favores judiciales y falta de voluntad política para hacer cumplir la ley.
Distintos sectores ciudadanos han expresado su preocupación ante lo que califican como un intento de “comprar la democracia” a través del uso de dinero, medios y operadores políticos.
Exigen al Tribunal Supremo Electoral y al Ministerio Público una investigación transparente, imparcial y urgente para esclarecer estos hechos.
La opinión pública, cada vez más crítica frente a las prácticas del viejo poder político, se mantiene alerta. La transparencia y la verdad deben prevalecer por encima de cualquier ambición personal.
La Paz, Bolivia – 299/05/2025.- Una grave denuncia ha comenzado a circular en redes sociales, cuestionando la transparencia y legitimidad del empresario y político boliviano Samuel Doria Medina, quien habría iniciado una estrategia sistemática para manipular la percepción ciudadana de cara a las elecciones nacionales.
Según diversos videos y publicaciones difundidos por usuarios en plataformas digitales, Doria Medina estaría comprando encuestas y pagando a empresas encuestadoras para posicionarse como un candidato “visible” y supuestamente ganador, pese a que en muchas regiones del país su figura política sigue siendo desconocida o rechazada.
Asimismo, la denuncia señala que el líder de Unidad Nacional estaría financiando espacios en medios de comunicación nacionales para consolidar una narrativa favorable que lo presente como una opción electoral seria, a pesar de su bajo arraigo popular.
Estas acciones, de confirmarse, atentarían contra el principio de igualdad democrática y la ética electoral, generando un escenario distorsionado para el votante.
Las críticas no terminan ahí. Samuel Doria Medina también es acusado de haberse beneficiado indebidamente durante el proceso de privatización de empresas estatales en los años 90, y actualmente enfrenta un proceso legal por una millonaria deuda superior a los 700 millones de dólares con la empresa cementera FANCESA.
A pesar del tiempo transcurrido, hasta la fecha no se ha concretado el pago total de esta obligación, lo que ha despertado sospechas sobre presuntos favores judiciales y falta de voluntad política para hacer cumplir la ley.
Distintos sectores ciudadanos han expresado su preocupación ante lo que califican como un intento de “comprar la democracia” a través del uso de dinero, medios y operadores políticos.
Exigen al Tribunal Supremo Electoral y al Ministerio Público una investigación transparente, imparcial y urgente para esclarecer estos hechos.
La opinión pública, cada vez más crítica frente a las prácticas del viejo poder político, se mantiene alerta. La transparencia y la verdad deben prevalecer por encima de cualquier ambición personal.