COCHABAMBA, BOLIVIA – 2 de diciembre de 2025 – Varios sectores sociales del país han manifestado su profunda preocupación y críticas hacia la administración del nuevo gobierno, al que califican de "antipopular", en medio de una creciente crisis por el elevado costo de vida y el alza incontrolable de los productos de primera necesidad.

La indignación crece entre la población, que ve cómo artículos esenciales se convierten en lujos inaccesibles.

Según reportes ciudadanos, el precio de la carne ha escalado hasta los 70 bolivianos, mientras que el aceite se vende entre 22 a 25 bolivianos el litro.

La situación del pan es crítica, con la unidad vendiéndose a un boliviano y la ausencia del tradicional "pan de batalla" o "marraqueta", que anteriormente mantenía un precio estable gracias a la subvención estatal de la harina.

"Es un lujo comer bien", declararon representantes de mujeres que recientemente exigió al Gobierno la regulación de los precios de la canasta familiar.

Los críticos argumentan que, mientras la población enfrenta dificultades económicas diarias y una inflación que ha duplicado las previsiones oficiales, las autoridades gubernamentales parecen estar más enfocadas en luchas internas y la asignación de espacios de poder, mostrando una desconexión con la realidad social del país.

La Defensoría del Pueblo ya había alertado previamente sobre el incremento de precios en al menos once productos, afectando el derecho a la alimentación de los bolivianos.

A pesar de los anuncios de medidas económicas por parte del Gobierno para combatir la especulación, la población reporta que la situación en los mercados sigue sin control, y nadie parece estar rindiendo cuentas por esta crisis.

La tensión aumenta y se espera que las movilizaciones continúen si no se toman acciones concretas y efectivas para mitigar el impacto económico en las familias bolivianas.