La población de Llallagua, norte de Potosí, determinó en un cabildo declarar enemigo a Evo Morales y proclamaron mártires a los tres policías asesinados con impactas de bala y brutales golpizas.

Los pobladores vivieron entre el martes y jueves jornadas de zozobra por el ataque de los bloqueadores afines a Morales con explosivos y armas de fuego en represalia a un intento de desbloqueo de la vía que los conecta con el resto del país. Los grupos violentos también destruyeron instalaciones policiales.

El cabildo declaró “héroes y mártires” a los tres policías que perdieron la vida en emboscadas de los bloqueadores. Se trata de los subtenientes Carlos Enrique Apata Tola y Brayan Jorge Barrozo Rodríguez, y del sargento segundo Jesús Alberto Mamani Morales.

La noche del jueves un convoy militar-policial llegó a la población y tomó el control de la región, luego de la violencia y más de siete días de aislamiento que los iba dejando sin alimentos. El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, estuvo al frente del momento de las fuerzas de seguridad.

El cabildo exigió sancionar a los autores de los días de “terror y secuestro” de estudiantes de la Universidad Siglo XX y vecinos.

El cabildo pidió la renuncia del alcalde Adalid Aguilar y de los concejales afines a Morales, y la creación de un cuartel con presencia militar permanente en Llallagua.

Acordaron prohibir el ingreso de autos indocumentados al municipio, así como la venta de gasolina en bidones.

El cabildo declaró el 12 de junio como el Día del Dignidad Llallagüeña, fecha que conmemorará la llegada de los policías y militares para dar calma a la región.

A la conclusión del cabildo, los asistentes se dirigieron a las instalaciones de la alcaldía para protestar y pedir la renuncia del alcalde.