COCHABAMBA, Bolivia. — Hoy marca un día histórico para la justicia boliviana y para todos aquellos que fueron víctimas del abuso de poder y la manipulación judicial durante el régimen del Movimiento al Socialismo (MAS). Después de más de cuatro años de una aprehensión injusta y políticamente dirigida, se empieza a restablecer la verdad y la dignidad de quienes fueron perseguidos por pensar diferente.
Manfred Reyes Villa, líder político y actual alcalde de Cochabamba, fue uno de los principales blancos de una persecución sistemática impulsada durante el gobierno de Evo Morales. Su único “delito” fue oponerse al modelo autoritario que, bajo el discurso del “proceso de cambio”, se dedicó a silenciar a la oposición, manipular el sistema judicial y utilizar la justicia como un arma política.
Durante más de dos décadas, Bolivia vivió un periodo de oscurantismo institucional en el que la independencia judicial fue vulnerada. Mientras tanto, los verdaderos responsables del saqueo y despilfarro de los recursos naturales del país se mantienen libres, muchos de ellos refugiados en el Chapare, bajo el amparo político de sus antiguos aliados.
La historia demuestra que la verdad siempre sale a la luz. Hoy, la justicia comienza a reivindicar a Manfred Reyes Villa, un hombre que, pese a la persecución, nunca abandonó su compromiso con la democracia, la libertad y el desarrollo de Cochabamba.
“¡Nunca más abuso ni persecución política en Bolivia!”, es el clamor de miles de ciudadanos que ven en este hecho un paso hacia la recuperación de la institucionalidad y la esperanza en un país donde la justicia no sea instrumento de venganza, sino garantía de derechos.



