La elección de los nuevos magistrados para los altos tribunales de justicia se encuentra en riesgo debido a la profunda división política en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Ninguna de las fuerzas políticas tiene los dos tercios de votos necesarios para llegar a un acuerdo, lo que abre la puerta a componendas regionales y a la selección de candidatos por intereses particulares, poniendo en peligro la independencia judicial y la democracia, señalan expertos en Derecho Constitucional.
EL MAS DIVIDIDO:
El MAS, la fuerza mayoritaria, se encuentra dividido en dos facciones: el MAS Arcista y el MAS Evista. Ninguna de las dos facciones tiene los votos suficientes por sí sola para llegar a los dos tercios. Se necesitan 59 votos adicionales para alcanzar el acuerdo, lo que parece improbable.
CAMACHISMO FRACTURADO:
La bancada de Creemos se encuentra dividida entre seguidores de Camacho, la exalcaldesa Sosa y el alcalde Jhonny Fernández. No existe una línea clara de liderazgo ni ideología dentro de la bancada. Su apoyo puede ser volátil y dependerá de intereses particulares.
COMUNIDAD CIUDADANA SIN PESO:
CC no tiene la capacidad de ser decisiva por sí sola. Cuenta con 31 votos, pero necesita 15 más para alcanzar los dos tercios. Las lealtades internas no son firmes y la agenda regional de algunos líderes puede influir en su voto.
PELIGRO DE ACUERDOS REGIONALES:
Se especula con la posibilidad de distribuir las plazas por departamento, priorizando intereses regionales por encima de la idoneidad de los candidatos. Esto podría llevar a la elección de magistrados incompetentes o con agendas particulares, debilitando la independencia judicial.
INCÓGNITAS SOBRE LA EQUIDAD DE GÉNERO:
No se ha logrado la participación del 50% de mujeres en las candidaturas. Hay departamentos sin ninguna candidata mujer. La solución propuesta de trasladar candidatas entre departamentos es inconstitucional e ilógica.
CRISIS Y CONSECUENCIAS:
La intransigencia y la falta de consenso en la Asamblea Legislativa generan una crisis en el proceso de elección. Realizar la elección solo para tres tribunales duplicaría el presupuesto y crearía un problema de calendario electoral. La irresponsabilidad de la Asamblea pone en duda su capacidad para garantizar la idoneidad de los nuevos magistrados.