El escaneo de dos contenedores con madera de exportación en la localidad de San Antonio, Chile, alertó a las autoridades portuarias de Arica para que revisen esa carga que venía de Bolivia, en el puerto revisaron los dos contenedores y dieron con dos toneladas de cocaína camuflada dentro la madera.
“Esta carga fue introducida por vía terrestre desde Bolivia a través del paso de Chungará, ingresaron hasta el puerto de Arica a la espera de que llegara el buque que la iba a trasladar a su destino final, en algún puerto dentro de Europa”, declaró el director regional de aduanas Arica-Parinacota, James Alarcón.
El antecedente más cercano de un hecho similar es el ocurrido en junio de 2019, cuando en un operativo conjunto entre Bolivia, Bélgica y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) lograron el secuestro de 679,5 kilos de cocaína camuflada en pisos de madera tipo curupaú, de mercancía que salió desde Santa Cruz al puerto de Amberes, en el país europeo.
En esta oportunidad, el informe de Aduanas de Chile señala que fueron sacadas de circulación 530 planchas de madera prensada distribuidas en 11 pallets, los cuales habían sido contaminados, simulando ser parte de la estructura del producto forestal.
Alarcón explicó que cuando fueron escaneados los dos contenedores el operador no tuvo certeza de las imágenes que arrojaba la máquina, lo que levantó la sospecha y por esa razón se alertó a Arica sobre el contenido de los mismos. Una vez en el puerto hubo una nueva revisión y esta vez se pidió abrir la carga y sacar las maderas para ser revisadas de forma manual.
“Dentro de cada una de las planchas había una resina que no es normal y las muestras dieron resultado de cocaína, esta fue hábilmente disimulada con la nueva capa de madera encima, para ser embarcadas luego como mercancía limpia hacia su destino final”, explicó la autoridad aduanera.
Un boletín de Aduanas de Chile precisó que son dos toneladas aproximadamente que fueron entregadas a la PDI, asimismo la Unidad de Análisis de Inteligencia de la Aduana de Arica levantó una alerta internacional a través de la Oficina Regional de Enlace de Inteligencia (RILO).