Cientos de mineros bolivianos protestaron este miércoles contra la eliminación de los subsidios a los combustibles que decretó el gobierno de centroderecha de Rodrigo Paz y duplicó los precios de los carburantes.
Los trabajadores del sector estatal se movilizaron por segundo día, en rechazo a la decisión que adoptó el poder Ejecutivo la semana pasada y amenaza con desatar una ola inflacionaria.
Durante 20 años, las tarifas se mantuvieron congeladas por las administraciones de izquierda de Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce (2020-2025), que importaban gasolina y diésel para revenderlos a pérdida en el mercado interno.
El viernes pasado se registraron las primeras protestas del transporte sindicalizado, con un paro parcial de actividades, que se extendió esta semana a marchas callejeras de otros sectores laborales.
"Queremos la abrogación de ese decreto", afirmó a la AFP, Mario Argollo, principal dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), el mayor sindicato del país.
Argollo encabezó la marcha de algunos cientos trabajadores que recorrió calles y avenidas de La Paz, al ruido de petardos de dinamita, mientras la policía antimotines cortó el acceso a la plaza de Armas, donde Paz tiene sus oficinas.
Para Argollo, el decreto del gobierno ha tenido un impacto inflacionario. "Ha subido el precio de la carne, el precio de los pasajes (del transporte) y eso nos afecta".
El martes se abrió una mesa de diálogo entre el gobierno y la COB, pero Paz rehúsa dar marcha atrás en la medida.
El ministro de Economía, Gabriel Espinoza, señaló el martes que el corte de la subvención a la gasolina y el diésel permitirá un ahorro de 10 millones de dólares por día.



