Martes, 17 Junio 2025
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ANÁLISIS: Bolivia al borde del abismo político y social

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Por FAUSTO  COLPARI.- Bolivia atraviesa uno de los momentos más delicados desde la crisis política de 2019. Los conflictos sociales y políticos se han intensificado peligrosamente en los últimos meses, con un país paralizado por bloqueos, movilizaciones, escasez y una creciente fractura entre sectores sociales, campesinos, mineros, cocaleros y el propio gobierno. El país, de nuevo, parece estar al borde del abismo.

EL EPICENTRO: EVO MORALES Y LA LUCHA POR EL PODER

El detonante inmediato de la crisis es la exclusión de Evo Morales como candidato para las próximas elecciones presidenciales. El Tribunal Constitucional Plurinacional ratificó que la reelección indefinida no es un derecho humano, en línea con fallos internacionales. Esto desató la furia de sus bases más radicales, especialmente en el trópico de Cochabamba y en zonas del norte de Potosí, quienes emprendieron bloqueos exigiendo su habilitación.

Pero el conflicto va mucho más allá de una candidatura. Lo que está en juego es la disputa final por el control del Movimiento al Socialismo (MAS) y del aparato estatal. Evo Morales ya no representa una figura de unidad dentro del masismo, sino un factor de división interna y de desestabilización, incluso contra el gobierno de su propio exaliado, el presidente Luis Arce.

BLOQUEOS, DESABASTECIMIENTO Y MIEDO

Las medidas de presión han paralizado importantes rutas del país, especialmente en Cochabamba, Potosí y Oruro. Se reportan escasez de combustibles, alimentos y medicamentos, sobre todo en las zonas urbanas del occidente.

Las amenazas de saqueo en poblaciones como Llallagua y Yapacaní generan temor y rabia entre los ciudadanos, muchos de los cuales empiezan a organizarse para defender el derecho a trabajar y vivir en paz.

En ciudades como El Alto y Sucre también se registran movilizaciones de sectores que rechazan tanto al gobierno como a Morales, exigiendo una nueva conducción política. La polarización se ha extendido a sindicatos, juntas vecinales y organizaciones campesinas, muchas de las cuales han comenzado a desmarcarse del MAS en cualquiera de sus facciones.

UN ESTADO DÉBIL Y REBASADO

El gobierno de Luis Arce se muestra debilitado y tardío en su respuesta. Aunque ha condenado los bloqueos y denunciado una “intentona golpista” de parte de Evo Morales, no ha logrado articular una salida política clara. La represión policial es limitada y en algunos casos ausente, lo que permite el avance de sectores radicales sobre poblaciones indefensas.

La Asamblea Legislativa se encuentra prácticamente paralizada por la pugna entre evistas, arcistas y opositores, y la justicia está desacreditada por años de instrumentalización. Las fuerzas armadas, por ahora en silencio, observan el deterioro del orden democrático con inquietud.

¿Y AHORA QUÉ?

Bolivia necesita con urgencia un nuevo pacto político y social que desmonte los discursos mesiánicos, restablezca la legalidad y garantice elecciones con reglas claras y candidaturas legítimas. La ciudadanía, harta de la confrontación, exige soluciones, no más caudillos.

Si no se logra una salida pronta y democrática, el país corre el riesgo de caer nuevamente en un espiral de violencia, fragmentación territorial y colapso institucional. Las señales de alerta ya están encendidas: el abismo está cerca, pero aún se puede retroceder. Boliviaprensa.com - FAUSTO COLPARI.

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