Estados Unidos agregó este martes a Vietnam, Camboya, Brunéi y Macao a una lista negra de tráfico de personas de la que siguen formando parte Cuba, Nicaragua y Venezuela, debido a sus escasos esfuerzos en detener el trabajo sexual forzado y en ayudar a los migrantes.
En su informe anual, Estados Unidos también incorporó a Bielorrusia, un país bajo un gobierno autoritario, y, en una inusual crítica a un aliado occidental, puso a Bulgaria en un listado de vigilancia porque considera que no se toma en serio el problema.
El informe anual sobre la trata de personas del Departamento de Estado no duda en apuntar a aliados cercanos, lo que a menudo ha causado fricciones.
Los países que integran la lista negra en el "Nivel 3" están sujetos a sanciones estadounidenses, pero, por lo general, el gobierno renuncia al castigo para aquellos que se comprometen a implementar mejoras.
La elaboración de este informe, que se presenta desde 2001, busca dar cuenta de un problema poco tratado en la política internacional y que con los altos índices de migración en Europa y Centroamérica se ha agudizado.
La 'Lista Negra' está dividida en cinco categorías que inician con el tier 1, países focalizados en disminuir el tráfico de personas; tier 2, con mayores problemas, pero que presentan fuertes políticas; tier 2 en vigilancia, que tienden a ser débiles en sus normativas pero que no presentan mayores problemas; y el tier 3, a los que se acusa de poco hacer frente a este problema.
Además, se suma un categoría especial en la que solamente se encuentran tres países por los procesos judiciales actuales con miras a mitigar el tráfico de personas.
Según el reporte estadounidense, estos tres territorios no centran esfuerzos investigativos para la resolución de los casos y tampoco hacen un respectivo acompañamiento a las víctimas de este delito.
En Macao, denominada como ciudad semiautónoma de China, la industria sexual es uno de los mayores atractivos, abriendo las posibilidades a delitos sexuales y la trata de personas, de las cuales, no se ayudó a una sola víctima reportada durante el 2021, según EE. UU., razón que le ameritó un cupo en la 'lista negra'.
Por el lado de los países europeos, Bulgaria y Serbia registraron un aumento de los casos en el año de corte, pero, de estos, fueron pocos los que recibieron ayuda y menos los que los delincuentes fueron castigados.
Además, Estados Unidos destaca que en los dos países hubo severos castigos contra victimas, especialmente migrantes, lo que podría llevar a un proceso investigativo de entes internacionales.
En cuanto a China, con una amplia industria sexual en varias de sus importantes ciudades, se reportó una vez más que la participación activa de las autoridades frente al tráfico de personas fue casi que nula, permitiendo miles de casos durante el 2021.
La crítica al gobierno de Xi Jinping está cimentada en los ataques a grupos étnicos y religiosos, pero en la debilidad de políticas contra la trata de personas que desde 2016 sigue siendo un problema, que según Estados Unidos, no es tratado por el gobierno.
Además, como un punto más de tensión con el gobierno oriental, el Departamento de Estado pide detener los encarcelamientos arbitrarios e impulsar leyes para disminuir al mínimo los índices de trata de personas de cara al 2030.
Rusia, con el que las tensiones han aumentado desde la invasión a Ucrania en febrero, Estados Unidos hace referencia en la nula acción de las autoridades.
Aquí destacan que la Federación Rusa mantiene su categoría 3 desde hace más de nueve años, invisibilizando el problema sin actuar ni aplicar las penas correspondientes a los traficantes de personas, ni asistir a las víctimas.
Asimismo, el reporte pide, frente a la escalada migración, monitorear los casos de ciudadanos ucranianos que lleguen a ese país, para evitar que sean partícipes de la trata de personas, ya sea como víctimas o victimarios.
En Latinoamérica el panorama está centrado en tres países, Cuba, Venezuela y Nicaragua, todos con problemas referentes a los derechos humanos y a quienes se les critica el trato hacia las víctimas, especialmente en zonas rurales o fronterizas.
En Venezuela, además de recalcar una vez más el reconocimiento del gobierno de Juan Guaidó, el Departamento de Estado revela que no existe ningún seguimiento a los casos de trata de personas y que el foco de este delito se ha centrado en ciudades capitales como Caracas.
Por otro lado, se piden gestiones con oenegés para identificar casos críticos y la introducción de leyes que castiguen el tráfico de personas.
En Nicaragua, país gobernado por Daniel Ortega, sí existieron reportes de dos casos, pero, según EE. UU., no son la totalidad de delitos cometidos por tráficos de personas, que, además, no fueron acompañados en un debido proceso.
Por su parte, el panorama en Cuba agrupa las críticas tanto de Venezuela como de Nicaragua, a lo que legisladores de ese país criticaron, aludiendo a la 'incapacidad moral' de Estados Unidos para hablar respecto a las políticas internas cubanas.
Otros países
En la lista de 22 países que conforman la lista negra también están Afganistán, Bielorrusia, Bruinéi, Birmania, Camboya, Curazao, Eritrea, Guinea-Bisseau, Irán, Corea del Norte, Macao, Malasia, San Martín, Sudán del Sur, Siria, Turkmenistán y Vietnam.
Este último, a pesar de ser aliado estadounidense, ingresó por las nulas políticas aplicadas a la trata de personas, pero será uno de los casos estudiados para salir de la lista negra e ingresar al tier 2 con seguimientos constante.
En el hemisferio occidental destaca una positivo balance de la lucha contra el tráfico de personas que es liderado por Estados Unidos, Canadá, Colombia, Chile, Argentina, Las Bahamas y Guyana; que están en el tier 1 con las mayores políticas contra este delito.
En un panorama algo más débil están México, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Perú, Brasil, República Dominicana y Jamaica; que ocupan el tier dos.
Finalmente en observación están El Salvador, Haití, Belice y Aruba.