Cochabamba, Bolivia – 19 de junio de 2025.- En medio de una de las peores crisis económicas de las últimas décadas, marcada por la escasez de combustibles, una inflación galopante y la creciente falta de alimentos en los hogares bolivianos, algunos sectores políticos parecen haber perdido completamente el sentido de la realidad.
Lejos de presentar soluciones estructurales, han comenzado una desesperada carrera por el poder, divulgando encuestas políticas sin credibilidad y difundidas con la complicidad de ciertos medios de comunicación que se han olvidado de su deber con la verdad y con el pueblo.
Mientras los bolivianos enfrentan el drama cotidiano de no saber cómo alimentar a sus hijos, los titulares de prensa están copados por cifras infladas y estrategias electorales vacías.
En lugar de propuestas concretas para resolver la crisis, los discursos políticos se centran en posicionamientos personales y en alimentar divisiones, como si el país no estuviera al borde de una emergencia humanitaria.
El pueblo boliviano ya no come discursos, ni puede llenar la olla con promesas electorales. Hoy, más que nunca, Bolivia necesita líderes que caminen con el pueblo, que escuchen el clamor de los barrios, de las comunidades rurales, de las madres solteras, de los trabajadores informales y de los niños que llegan a la escuela sin haber desayunado.
Las encuestas no sirven de nada si en los mercados los precios de los alimentos se disparan, si los hospitales no tienen insumos, y si los pequeños productores no pueden sacar sus cosechas por falta de diésel. La gente no quiere campañas políticas, quiere trabajo, estabilidad, salud y pan en la mesa.
Es inaceptable que, mientras Bolivia clama por soluciones, los políticos tradicionales sigan atrapados en una lógica electoralista, sin capacidad de autocrítica ni compromiso genuino con las familias más vulnerables. El país está cansado de promesas. Ya no hay tiempo para juegos de poder.
La historia no absolverá a quienes, teniendo la oportunidad de ayudar, prefirieron hacer campaña. Hoy, más que nunca, Bolivia necesita unidad, voluntad política y líderes que dejen de pensar en las urnas para pensar en el pueblo. (FAUSTO COLPARI - EXPERTO EN COMUNICACION POLITICA)