Escara uno de los municipios más importantes del departamento de Oruro, este 16 de agosto celebra 58 años de vida con la esperanza de convertirse en una región productiva y solidaria frente a los graves problemas que deja las secuelas de la pandemia del coronavirus.
El alcalde municipal de Escara, Keneddy Condori Flores pidió a todos los “escareños a unirse y retornar a la tierra que los vio nacer para construir un nuevo futuro con desarrollo y progreso”.
“Quiero rendir homenaje a la tierra bendita de Escara que pese a las dificultades ambientales, la presencia del coronavirus, la crisis económica y la carencia de un aparato productivo poderoso, queremos salir adelante proponiendo alternativas que nos permita mejorar la calidad de vida de la población”, asevero.
Escara fue creada por Ley de 26 de septiembre de 1963, durante la presidencia de Víctor Paz Estenssoro, hoy cumple 58 años de su aniversario con diversos programas socioculturales austeros por la presencia del coronavirus.
Antiguamente, el municipio era el descanso para las caravanas de harneros que llevaban sal al valle denominado Jiscara, del cual proviene su nombre.
El municipio limita al norte con la provincia de Sajama, al sur y oeste con el municipio de Esmeralda, al este con la provincia de Sud Carangas y al oeste con los municipios de Cruz de Machacamarca y Huachacalla.
Presenta una topografía de altiplano, serranías y planicies. La elevación más importante es el cerro Comacha, con una altitud de 4600 msnm. Su clima es frío, con temperaturas mínimas de -5°C y máximas de 23°C.4 Respecto a sus recursos hídricos, el río de mayor importancia es el Lauca, actualmente sin aprovechamiento. También cuenta con ojos de agua y vertientes.
La vegetación es básicamente de thola y forrajes como el pasto llorón y la paja brava. Su fauna silvestre está constituida principalmente por la vizcacha, conejo de campo, perdiz, golondrina y zorros.
Las principales actividades económicas de su población son la ganadería, la agricultura, el comercio y la artesanía.
La ganadería está basada en la crianza de ovinos y camélidos, particularmente de llamas y alpacas. Esta actividad proporciona buenos ingresos a los pobladores por tener un mercado asegurado y una creciente demanda en las ferias locales.
Muchos pobladores se dedican, por otra parte, a la cría y pesca de trucha.