La jefa política de la ONU llamó a investigar la gran cantidad de muertes de civiles y la destrucción de cientos de edificios residenciales, escuelas, hospitales y demás infraestructura civil en Ucrania y pidió que se responsabilice a los culpables.
La subsecretaria general Rosemary DiCarlo manifestó este jueves al Consejo de Seguridad de la ONU que “la ley humanitaria internacional es muy clara” en cuanto a prohibir los ataques directos a civiles durante operaciones militares y garantizar su protección.
Pero, indicó, muchos de los ataques diarios que azotan las ciudades ucranianas “son aparentemente indiscriminados, lo que resulta en víctimas civiles y daños a la infraestructura civil”.
DiCarlo mencionó las estadísticas más recientes de la oficina de derechos humanos de la ONU: 1.900 víctimas civiles desde el inicio de la guerra el 24 de febrero, hasta el 15 de marzo. Es decir, 726 muertos, incluyendo 52 niños, y 1.174 heridos, aunque se cree que la cifra real es mucho más alta.
“La mayoría de estas víctimas fueron por el uso de armas explosivas de amplio impacto en áreas pobladas”, detalló.
La agencia de Naciones Unidas para el desarrollo proyecta que, si la guerra continúa, 90% de la población en Ucrania pudiera enfrentar pobreza y una vulnerabilidad económica extrema, “retrasando décadas al país, y a la región, y dejando profundas cicatrices sociales y económicas”, dijo DiCarlo.
Por su parte, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas Greenfield, señaló en sus redes sociales que “Ucrania nunca será una victoria para Putin”, pase lo que pase.
La funcionaria norteamericana también dijo que Rusia “rendirá cuentas por sus atrocidades”, como el bombardeo del teatro de Mariupol, donde cientos de personas se refugiaban de la guerra y donde la palabra “niños” había sido escrita en el exterior de forma destacada, en ruso.
Rusia, en tanto, desistió de someter a votación el viernes una resolución humanitaria sobre Ucrania en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al carecer del apoyo de sus aliados más cercanos, anunciaron este jueves a la AFP varios diplomáticos que pidieron el anonimato.
“Recurrieron al copatrocinio” para su texto sobre el aspecto humanitario “y no ha habido retorno”, dijo un embajador que pidió el anonimato, dejando entrever que ni China, ni India apoyan la polémica iniciativa rusa y no habrían votado a favor.
Rusia, que presentó el martes en el Consejo de Seguridad un proyecto de resolución pidió que se votara el miércoles antes de cambiar de opinión y posponerlo para el jueves y después para el viernes.
Moscú esperaba contar con el apoyo de China e India, dos países que el 25 de febrero se abstuvieron en la votación de la resolución presentada por Estados Unidos y Albania para denunciar la “agresión” de Ucrania, y que Rusia vetó.
“Esta semana, perversamente, Rusia presentó una resolución que, entre otras cosas, pidió protección para los civiles, incluidos mujeres y niños. Es un juego cínico frente al extremo sufrimiento humano”, dijo la embajadora británica, Barbara Woodward, en la quinta reunión del Consejo de Seguridad consagrada a Ucrania desde la invasión rusa del 24 de febrero.
“Justo cuando las fuerzas rusas atacaron Mariúpol”, en particular un teatro que albergaba a centenares de personas y niños, recordó la diplomática británica.
Por su parte, el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borell, condenó los continuados ataques de las fuerzas armadas de Rusia y “sus representantes” contra población e infraestructuras civiles en Ucrania, así como el sitio de la ciudad de Mariúpol.
En un comunicado, Borrell recordó que un teatro de esta ciudad fue fuertemente bombardeado el miércoles pese a que se sabía y estaba claramente indicado que había servido como refugio para civiles, incluidos niños, así como que la organización Humans Rights Watch ha informado de tres ataques separados con bombas de racimo en la ciudad de Mikolaiv.
“Tales ataques deliberados a civiles e infraestructura civil son vergonzosos, reprobables y totalmente inaceptables. Constituyen serias violaciones del derecho humanitario internacional”, dijo Borrell.
La UE llamó de nuevo a Moscú a “establecer un acceso humanitario sin trabas” a Ucrania y subrayó que Rusia no tiene derecho a usar la fuerza de forma unilateral sobre un tercer país, por lo que “tiene la total responsabilidad” de esta agresión militar y la destrucción y pérdida de vidas que está causando.
“Los autores de estas graves violaciones y crímenes de guerra, así como los funcionarios gubernamentales responsables y líderes militares tendrán que rendir cuentas”, apostilló Borrell.
El jefe de la diplomacia comunitaria añadió que, tal y como ordenó ayer la Corte Internacional de Justicia de La Haya, “Rusia debe cesar todas sus acciones militares y sacar todas sus fuerzas y equipamiento militar del territorio de Ucrania de forma inmediata e incondicional”, así como “respetar la integridad territorial, soberanía e independencia de Ucrania dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas”.
La destrucción en la ciudad ucraniana de Mariupol, bajo asedio ruso desde hace 16 días, es “colosal” y se calcula que el 80% de las viviendas han quedado destruidas, mientras 30.000 personas han podido abandonar la ciudad los dos últimos días con su propio transporte, informó este jueves el ayuntamiento.
“Según estimaciones preliminares, alrededor del 80% del parque de viviendas de la ciudad ha sido destruido, de las cuales casi el 30% no se puede restaurar. La situación en Mariupol es crítica”, escribió el consistorio en su canal de Telegram.
Recordó que la ciudad ha estado bajo bloqueo durante 16 días y que más de 350.000 residentes de Mariupol continúan escondidos en almacenes y sótanos “ante el continuo bombardeo de las fuerzas de ocupación rusas” que lanzan, como media, “de 50 a 100 bombas aéreas por día”.
En los últimos dos días, los habitantes de Mariupol comenzaron a evacuar la ciudad en transporte privado, en dirección a Berdyansk y a Zaporiyia, tras la apertura de un corredor. “En total, unos 6.500 coches salieron de la sitiada Mariúpol... En total, unas 30.000 personas salieron en su transporte propio”, afirmó.