Tras 19 años en el exilio, Sánchez de Lozada plantea cambios estructurales en el sistema institucional del país para combatir el autoritarismo y garantizar la democracia.

En un mensaje que ha resonado en todo el país, el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, quien ha guardado un prolongado silencio durante 19 años en Estados Unidos, ha presentado su propuesta de «La Constitución de Todos» con el objetivo de restituir la República de Bolivia y promover una sociedad de personas libres, evitando así la influencia desmedida de los poderes políticos y económicos.

Con 93 años de edad y acompañado por su familia en el exilio, Sánchez de Lozada expresó en su mensaje inicial: «Una larga y amarga travesía. La edad vino acompañada, como por suerte ocurre, con una mayor dosis de serenidad y espero que con un poco más de sabiduría; el exilio, con la abrumadora nostalgia de la Patria lejana».

Convencido de que ha llegado el momento de proponer un cambio estructural en el sistema institucional del país, el exmandatario sostiene que este cambio ya no es solo una necesidad política, sino también un imperativo moral que la mayoría de los bolivianos comparten. Su propuesta busca dejar atrás la visión pesimista de la historia y liberar a Bolivia de los obstáculos que la atan al pasado, allanando el camino hacia un futuro prometedor.

Sin embargo, Sánchez de Lozada es consciente de los desafíos que se avecinan. Reconoce que esta tarea requerirá decisión, tolerancia y desprendimiento por parte de todos los bolivianos. Solo de esta manera podrán adoptar una visión compartida que, aunque no sea unánime, coincida en lo sustancial y esté libre de verdades absolutas que conducen a la división y al fracaso.

Entre las propuestas concretas presentadas por el expresidente se encuentra la creación de una Constitución Política del Estado que garantice el imperio de la libertad y la equidad social dentro de un marco democrático. En el ámbito político, sugiere una democracia representativa de carácter parlamentario, con un presidente de poder limitado pero con gran autoridad moral. Este presidente nombraría a las principales autoridades militares, judiciales y electorales de la Nación, asesorado por un Consejo de Estado independiente. Una vez designadas, estas autoridades operarían de manera completamente autónoma, lo que fortalecería la independencia institucional.

Además, propone la creación de un cargo operativo de primer ministro, con el objetivo de garantizar la estabilidad política y erradicar el autoritarismo. En cuanto al sistema judicial, plantea la implementación de mecanismos sencillos y prácticos que aseguren la solvencia e independencia del mismo, con un enfoque en contar con árbitros imparciales en lugar de cómplices o verdugos.

En el ámbito electoral, el expresidente busca establecer un sistema que garantice la libre expresión de la

voluntad popular y su transparencia. En cuanto a lo económico, su propuesta prioriza la iniciativa y creatividad individual, sin descartar la intervención del Estado en áreas donde sea necesario. Además, plantea que la propiedad de la tierra y los recursos naturales sea de los bolivianos y no del Estado, con este último asumiendo un papel regulador para prevenir monopolios y abusos y proteger a los más vulnerables.

El proyecto de Sánchez de Lozada aspira a convertir a Bolivia en una sociedad de personas libres, respetuosa del medio ambiente, abierta al mundo y receptiva a las nuevas ideas y tecnologías. Según sus propias palabras, busca restituir la República de Bolivia con una visión moderna pero en armonía con los valores que la hicieron posible en 1825, y considera que a veces es necesario volver al pasado para enfrentar el futuro.

Si bien reconoce que han surgido otras propuestas similares en el pasado, Sánchez de Lozada destaca que la suya establece claramente los mecanismos para proteger la estabilidad política y evitar que la lucha por el poder se desarrolle al margen de la democracia y sus instituciones. Haciendo un llamado a la sociedad boliviana, insta a dejar atrás la traición, el conflicto y la confrontación, enfatizando que su propuesta no se dirige a la política partidaria, sino a toda la sociedad.

Con gran pasión y amor por Bolivia, Sánchez de Lozada concluye su mensaje diciendo: «Bolivia seguirá siendo, hasta mi último aliento, mi tierra prometida». Ahora queda en manos de los bolivianos la decisión de abrazar esta propuesta y trabajar juntos para construir un futuro mejor para su amada nación.